Y a una Santa tan andariega, enamorada de un Dios que la hace caminar, como ella misma dice, le corresponde una RUTA. Una RUTA que ofrezca el conocimiento de escenarios y situaciones en las que vivió y también un poco de su valentía y elevación espiritual, provisiones fundamentales para tiempos difíciles.
Y si bien, hay muchas ciudades en su recorrido vital, tres son fundamentales: Ávila, su nacimiento en todos los sentidos, Salamanca, la madurez y Alba de Tormes, el refugio y muerte. O mejor dicho, el inicio de otra etapa del camino.
Cada una de ellas, con su personalidad, desvela una visón particular de la santa, son fragmentos para un collage donde “el todo” es siempre mucho más que la suma de las partes.
Te invitamos a conocer esta ruta a través de estas imágenes:
http://youtu.be/7stfnhsOy_E