Salamanca es Patrimonio de la Humanidad, por lo que hay multitud de rincones y edificios históricos, todos ellos están concentrados en el centro histórico, por lo que la visita se debe realizar a pie.
Te recomendamos visitar sin prisa:
La Plaza Mayor. Es una de las plazas más bellas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos capitales de la arquitectura peninsular. Entra también en las catedrales, no olvides subir a las torres medievales de la catedral a través de la exposición Ieronimus: podrás pasear por las terrazas exteriores, las atalayas y las balaustradas que asoman al interior del templo, entre gárgolas, pináculos y campanas. El Edificio histórico de la Universidad, la más antigua de España, también merece una visita, en su fachada es tradición entre los turistas buscar la figura de la rana. En el interior descubrirás espacios como el aula de Fray Luis, donde parece haberse detenido el tiempo, o la Biblioteca antigua. Sin prisas debes conocer también la Casa de las Conchas, famosa por su fachada decorada con cientos de conchas, y la Iglesia de la Clerecía y Universidad Pontificia, situadas enfrente. Este año se abrirán al público las torres deLa Clerecía, los visitantes podrán subir a uno de los monumentos más altos de la ciudad y disfrutar desde los balcones de las torres de este impresionante mirador.
Tras este agradable paseo nos detenemos a reponer fuerzas. Nos esperan restaurantes excelentes con una oferta de calidad. Cocina tradicional y de vanguardia con productos de la tierra entre los que no pueden faltar el jamón de Guijuelo, las carnes de ternera o morucha, las lentejas de la Armuña, la chanfaina, los asados… con quesos, aceites y vinos salmantinos. Puedes comer en un restaurante con vistas a la ciudad (el Parador de Turismo) o a la Plaza Mayor, también en un centro de arte contemporáneo o en un típico mesón castellano.
También podemos dar un paseo por el Puente Romano y entrar en el Huerto de Calixto y Melibea, un jardín de estilo musulmán. La Casa Lis es un palacete modernista de vidrieras de colores y uno de los tesoros de la ciudad. Alberga el Museo de Art Nouveau Art Déco con una impresionante colección de artes decorativas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX entre las que destacan las colecciones de muñecas de porcelana, figuras de bronce y marfil y vidrios.
La ciudad cuenta con numerosos conventos de un gran valor patrimonial, entre ellos destacan el Convento de San Esteban y de las Dueñas. En éste último te recomendamos probar los dulces que elaboran las monjas y saborearlos tranquilos en el claustro, mientras contemplas las vistas de la catedral.
Y si te gustan los misterios y las leyendas no puedes perderte La Cueva de Salamanca, un espacio mágico donde el diablo impartía clases de brujería; y el Patio de la Salina, un antiguo estanco de Sal.