En la tarde del Lunes de Aguas se celebra una tradición muy salmantina que consiste en ir a la ribera del río Tormes o al campo a merendar aquellos manjares -derivados de la carne- que, por dictámenes cristianos de ayuno y abstinencia durante la Cuaresma, no se debían comer. Entre los manjares gastronómicos destaca el hornazo, una empanada rellena de productos típicos de Salamanca -como el lomo adobado, el jamón y el chorizo- y/o huevo.
La fecha para su celebración varía en función de la celebración de la Semana Santa, y se fija en el siguiente lunes tras la finalización de la Pascua, 8 días después del Domingo de Resurrección. Recientemente ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León.
El Lunes de Aguas, se celebra en Salamanca con una popular merienda, basada principalmente de un pan ritual de tradición salmantina denominado hornazo y compuesto por jamón, chorizo, lomo y/o huevo.
Se desarrolla en el campo y en las cercanías del río Tormes o sus afluentes. En la ribera del río Tormes se puede contemplar el conjunto patrimonial de la Ciudad Vieja de Salamanca declaradas por la UNESCO Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Una panorámica única de la ciudad.
La festividad está acompañada de manifestaciones espontáneas de música, bailes y jolgorio.
En el Lunes de Aguas es, en gran medida, una manifestación gastronómica típica salmantina y el Hornazo el producto por excelencia que se degusta en tal celebración.
El Hornazo de Salamanca es una empanada cocida en el horno rellena de productos típicos de la chacinería salmantina (lomo, chorizo, tocino…) al que, según obradores, le añaden huevo.
Esta celebración tiene un contexto histórico que se dio puntualmente en Salamanca a raíz de la legalización de la prostitución -con un fin sanitario- por parte del hijo de los Reyes Católicos, el príncipe Juan, en 1497 y que la limitaba a las Casas de Mancebía.
Atendiendo a las Ordenanzas que posteriormente Felipe II implantó para el funcionamiento de estas Casas de Mancebía, se tenía que preservar el ayuno y abstinencia carnal en la Cuaresma (“En días de fiesta, Cuaresma, cuatro témporas y vigilias, no estén las dichas mujeres ganando”), y en este contexto se enmarca la celebración del Lunes de Aguas, al ser la exaltación espontánea de celebrar el fin de esta medida en ciudad universitaria de Salamanca.
Eugenio García Zarza también relaciona esta medida con el Lunes de Aguas:
“Durante la Cuaresma, interrumpían su actividad y, antes de reanudarla, venían a Salamanca, el lunes siguiente al de Pascua, Lunes de Aguas, y salían a recibirlas jóvenes con gran jolgorio, cruzando el Tormes en barcas adornadas con ramas. Algunos autores dicen que el nombre de rameras, como sinónimo de prostituta, tiene este origen. Actualmente el Lunes de Aguas es una de las fiestas más populares en Salamanca y la ciudad se despuebla esa tarde para salir a merendar al campo, aunque no lo hacen por el motivo de antes.”