Una ciudad es como una madre y sin duda quiere mucho y por igual a todos sus hijos.
Pero imaginaros que alguien os preguntara insistentemente y os dijera, por favor, y por favor...Y ya no quedara más remedio que elegir, entonces y sólo entonces, éstas serían nuestras recomendaciones.
Se trata de lugares especiales y experiencias que parecen sencillas, pero que están llenas de significación, de sabor y de valor. Y sobre todo, que nunca defraudan.
Ieronimus. Es poder entrar en las entrañas de las catedrales, la románica y la nueva y asomarse a sus estancias más íntimas como si fuera nuestra propia casa. Y si además se puede descubrir una ciudad, Salamanca, de un modo totalmente diferente. ¡Qué más se puede pedir¡. Además ahora la exposición se ha ampliado con la apertura de la sala del reloj y las campanas y la entrada permite ver la ciudad desde el punto más alto.
Un paseo por las Torres de la Clerecía. Junto con las de la Catedral, son las otras torres emergentes. Forman parte de la más selecta colección de Torres de Europa y del Mundo. Aquellas, que según dicen, hablan entre ellas de lo divino y lo humano en las calurosas noches de verano.
La Casa Lis. Un espacio para soñar. Color, luz, cristales, joyas, muñecas, criselefantinas... Un palacete muy especial que guarda en su interior la esencia del Art Déco Art Nouveau. (c/ Gribraltar)
Cueva de Salamanca. El misterio y la aventura del saber, de lo que hay más allá de lo que se ve. Física cuántica ya en el S.XVIII. (Cuesta Carvajal)
Cielo de Salamanca. Crear un cielo no es sólo dibujar estrellas, es levantar toda una cosmogonía sobre nuestras cabezas. Un cielo que nos protege e ilumina y que lo explica todo. Sólo al alcance de muy pocos hombres, titanes y de unas pocas ciudades. Fernando Gallego y la Universidad, en su patio de Escuelas Menores.
Huerto de Calixto y Melibea. El amor, la pasión, la vida y la muerte. La complejidad y la grandeza del alma humana y sus relaciones. El pozo, el paseo, el jardín, son imágenes para recitar a media voz, para el encuentro, los mensajes.
Café Novelty. Don Gonzalo Torrente Ballester recibe en este café, acoge y permite que la gente le pregunte y él responde como buen gallego/salmantino “depende..”. El Novelty, en la Plaza Mayor, es el rincón que eligió para seguir hallando “gozos y sombras, fugas y sagas”, donde los demás solo percibimos gente que pasa.
Un helado en la Plaza Mayor. Primero elegir, miles de sabores, luego se deshace en la boca y se va deslizando y llenándolo todo de color... Un helado en la Plaza Mayor es lo más parecido a la anatomía de un placer. Y pensar que hace apenas dos siglos, la nieve la traían en carros desde la sierra.
De compras en los restos del convento de San Antonio El Real. A veces, muy de vez en cuando, se unen el comercio –la actividad que más ha contribuido al desarrollo de nuestra especie, que forma parte de nuestro ADN - y un patrimonio que es memoria, tiempo. La tienda de ZARA está levantada sobre los restos de un convento en un afortunado trabajo de rehabilitación y respeto al edificio (Plaza del Liceo).
Compras: Embutidos y jamones. Salamanca es la ciudad del Ibérico. Merecería la pena venir sólo para oler. Y si ya luego compras y comes, no te digo nada...Estos son cerdos inteligentes y saludables.
Lunes de Aguas: Toda la ciudad celebra ese día con una tarde de campo, cuando amigos y familiares se reúnen para degustar el típico hornazo de Salamanca. Se denomina hornazo a una especie de empanada rellena de embutido y huevo duro, que se consume en cada corro, pandilla o la propia casa. Se celebra el lunes siguiente al de Pascua, tras la Semana Santa.