Bienvenidos a una ciudad única, especial, diferente, una ciudad que pasea por tus ojos regalando la sonrisa del viandante, una ciudad al sol que dora la piedra de la historia, una ciudad que vive la noche como un patrimonio de miradas ambulantes.
Bienvenidos al Arte por bandera, a una exaltación de la Cultura al por mayor, al Museo al aire libre que te espera diciendo ven, a las esquinas de la vida, a la luz y la alegría de un verano en carne viva. Salamanca es una Universidad "Cum Laude", es una Plaza Mayor con vistas a un horizonte de melancolía, es un "Huerto de Calixto y Melibea", es una Catedral emocionante, el destino que el destino nos puso en bandeja, el escenario de la calle, el teatro de la vida, el atrezzo, el humanismo, la noche apasionante. Salamanca respira el aire de un gigante. Y tiene un océano en el cielo y una calle de "la compañía" por la que es imposible caminar solo. En esta ciudad, el único mar de las miradas naufraga en "La casa de las conchas", su "Puente romano" resiste el envite de las olas de los años, su "Casa Lis" tiñe de color el río Tormes. Salamanca es un concierto de amaneceres, llora la tradición por las paredes, la emoción es un abrigo y un sombrero, y una tapa inolvidable, y el andén de estudiantes y viajeros que esperan que el tiempo les traiga de vuelta a esta ciudad. En Salamanca tienes una cita con la vida a la que no puedes faltar.
Bienvenidos a una ciudad patrimonio de la nostalgia, al país de los monumentos, al escenario del calendario que a veces brinda primaveras en invierno, a una terraza de madrugada, a las risas descontroladas y momentos de libertad.
Bienvenidos a una ciudad que no te dejará indiferente.
Salamanca enamora a quien por ella se deja enamorar.
Alfredo Pérez Berciano. Escritor. Salamanca.