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La subida del Mariquelo: Una tradición única de Salamanca

Cada víspera de Todos los Santos, Salamanca celebra una de sus tradiciones más singulares: La subida del Mariquelo a la torre de la catedral. Esta festividad, que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos, se remonta a 1755, año en que la ciudad sintió los efectos del devastador terremoto de Lisboa. Tras el seísmo, la Torre de la Catedral Nueva de Salamanca quedó inclinada, pero milagrosamente resistió, lo que fue interpretado como una señal de protección divina.
¿Quién es el Mariquelo?
El Mariquelo es el encargado de subir la Torre de la Catedral cada 31 de octubre, en homenaje a aquellos que, tras el terremoto, agradecieron a Dios que la catedral no se derrumbara. Vestido con un traje tradicional charro, el Mariquelo realiza esta peligrosa hazaña recordando el coraje y la devoción de los antiguos salmantinos. A su paso, toca el tamboril y la gaita, instrumentos que acompañan su ascenso y dotan de solemnidad y emoción la ceremonia.
El ritual del ascenso
La subida comienza en las escaleras interiores de la Catedral Nueva y continúa hacia la cúspide, pasando por las terrazas y los recovecos que ofrecen vistas espectaculares de Salamanca. Una vez en la cima, el Mariquelo llega al punto más alto de la torre, donde culmina su ascenso, saludando a los presentes y ofreciendo un toque de campana en señal de respeto y gratitud.
Una experiencia única
Este acto no solo es una demostración de destreza y valentía, sino también una conmemoración del patrimonio cultural y espiritual de Salamanca. Durante la subida, cientos de personas se congregan en la Plaza de Anaya y en las inmediaciones de la Catedral para ser testigos de este acto, que mezcla tradición, fe y espectáculo. La festividad del Mariquelo es un homenaje vivo a la historia de la ciudad y un recordatorio del vínculo profundo entre su arquitectura y su gente.
Si visitas Salamanca en octubre, no puedes perderte este ritual lleno de historia, música y tradición que conecta a generaciones pasadas con el presente de una ciudad orgullosa de su legado.